NO. DE NINGÚN MODO. NUNCA.

 

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Heridos son asistidos después del atentado en el puente de Westminster en Londres.TOBY MELVILLE REUTE

 

Nada de Islámico tiene el autoproclamado Estado Islámico.

Nada de bello, ni de heroico, ni de necesario, hay en alistarse en el ejército del Estado Islámico.

No hay heroicidad en juntarse con otros fanáticos para defender una causa que no es ni justa ni proporcionada ni lógica.

Nada glorioso hay en matar y morir por una interpretación del islam completamente sesgada y falsa.

Ningún favor les hace ese Califato a las actuales sociedades islámicas.

No compensa ni retribuye el desgaste de décadas de marginación y desprecio por parte de determinados sectores de las sociedades de adopción.

En nada contribuye a la siempre necesaria, imprescindible e improrrogable inserción de las generaciones de inmigrantes procedentes de países islámicos en sus sociedades de adopción.

Ningún reconocimiento añade a la evidente contribución, económica y cultural, que las sucesivas generaciones de inmigrantes de países islámicos han ido aportando a los países de adopción.

De ningún modo refuerza el conocimiento, la comprensión y la tolerancia entre culturas.

De ninguna manera vamos a consentir que los fanáticos nos impongan qué tenemos que creer y cómo debemos conducirnos por la vida.

Jamás renunciaremos a derechos, libertades y modos de vida conseguidas mediante la lucha, la sangre y el esfuerzo de generaciones anteriores.

Nunca nos vamos a creer que el conflicto hunda sus raíces en cuestiones de fé, etnia o identidad. Las causas verdaderas son las de siempre: la ambición por el dominio de los recursos (no nos olvidemos de las abundantes reservas de petróleo en juego en algunas de las zonas de conflicto); por ser los primeros en vender; por monopolizar los mercados; por establecer la supremacía geoestratégica (el interés manifiesto de algunos países, como Arabia Saudí, por encumbrar su dominio en la región).

Al Estado Islámico hay que combatirlo y derrotarlo. La contra-narrativa en nuestros espacios digitales no lo va a hacer por sí sola, pero también aquí, en este terreno, habrá que luchar.