Lázaro

Soy un tipo con suerte. Me fue dado escuchar el verbo ágil, suelto, chisporroteante, a menudo irónico de la mujer de sábado. Tuve el privilegio de conocerla en septiembres de cabeza alta, sin insomnios, días felices de glúteos ceñidos, orgullo del busto realzado por jerséis negros de cuello alto, de cuello de tortuga, como los describió Fuentes, de melenas plisadas, de vestidos de asillas, corpiños, repletos de sicodelias. Un lunes marrón llegó la monja. Estuve presente cuando la envolvió en su capa negra; no intervine mientras la estrujaba, anaconda, anaconda, merceditas negras de charol, jerséis negros de oscuridad, chaquetas de sepultura, chaquetas de fuerza, no bebas, no fumes, hasta que la muerte nos separe, la espalda recta, niña (ahí te rebelaste: vértebra a vértebra la fuiste encorvando; hallaste alivio en los suelos). Desde entonces, vigilo: no quiero perderme la noche en que la voz le susurre al oído, Lázaro, Lázaro, levántate, ya no estás muerta.    

TODAS DIRECCIONES

Es muy probable que nunca lleguemos a conocer los verdaderos motivos que impulsaron a M. R. –varón de treinta y cuatro años, natural de A Coruña y camionero de profesión– a abandonar la A68 dirección Zaragoza a la altura de Colmenar Viejo para incorporarse a la A69 y tomar la salida hacia Todas Direcciones. Sí trascendió que, tras recorrer cuatro kilómetros, M. R. volvió a tomar la primera salida hacia Todas Direcciones. Dos días después, se localiza el camión en una de las estaciones de servicio en la salida a Ponferrada. A partir de ahí, se le pierde la pista. Me encargaron la investigación del asunto cuando éste cobró relevancia en los medios. Me entrevisté con familiares de los que obtuve abundante información pero, sobre todo, fotografías del desaparecido. Sin embargo, la investigación encallaba una y otra vez: a M. R. parecía habérselo tragado la tierra.

Hasta ayer.

En mi habitual paseo vespertino por la Calle Mayor, reparé en uno de los mimos que se ganan la vida por la zona. Me quedé helado: era M. R. No cabía la menor duda: era varón, tenía treinta y cuatro años, natural de A Coruña y había sido camionero en una vida anterior. Aún así, debía cerciorarme. Eché un vistazo a las fotografías que llevaba siempre conmigo. A pesar del abundante maquillaje, su parecido con el tipo de mis fotografías resultaba asombroso. Un escalofrío recorrió mi espalda. Todavía presa de la conmoción, agarré el móvil y me dispuse a hacer llamadas: a la redacción; a su mujer… Al escuchar el primer “¿sí?”, se activó mi estado de alarma. ¿Qué estaba haciendo? La voz repetía “¿sí?”, “¿diga?”, “¿oiga?” hasta que corté. Ajeno por completo a mi agitación, M. R. se esforzaba por escapar de una prisión imaginaria, se quedaba inmóvil con cara de susto, hacía reír a una niña entre morisquetas y flores que aparecían de las orejas. Guardé el móvil y emprendí el camino de vuelta a casa en un silencio total que ahora rompo para escribirte esto.

HABIT ROUGE

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No hace mucho tiempo vivió un abogado, de los de barriga en ristre y canas onduladas que se aplastaba hacia atrás con Eau de Parfum Habit Rouge, que era muy cotizado en la región por tener fama de no haber perdido un caso. Un domingo, harto de ser el aguafiestas de la semana, el yo de ese día presentó una enmienda a la totalidad contra el régimen instaurado por los otros días hacía más de treinta años. Consiguió el respaldo del yo de los lunes, que insistió en que había que presentar una querella o nada. La noticia del golpe de Estado no sentó nada bien en el palacio de los días laborables. Tras arduas deliberaciones, se aprobó la propuesta del yo de los martes: poner a disposición del partido el arsenal de armas químicas y biológicas. Las batallas, encarnizadas y sangrientas, faltaría más, se sucedieron hasta el domingo siguiente, fecha en que los sublevados presentaron la rendición incondicional. Como el abogado tenía la costumbre de vivir solo, no fue hasta el viernes que la empleada de hogar encontró el pesado cuerpo tendido en el aseo de la planta baja, la pesada cabeza sepultada por el amasijo de canas teñidas de rojo que serpenteaban, que serpenteaban.

 

TOMA DE POSESIÓN

Finalizada la contienda, llegó el armisticio. A partir de ahora, y siguiendo los términos de la rendición, el yo de los martes tomaría posesión de los lunes. A pesar de que ningún yo externo se atrevería a sacar el asunto, al menos, en público, por incumbir directamente al jefazo, era preciso atajar los rumores, gestos, miradas y actitudes antes de que se produjeran. Tan pronto se incorporó al despacho el lunes, el yo de los martes tomó la palabra para explicar que se encontraba bien, gracias, que tan sólo se había tomado una semana de descanso, pero que había vuelto con las pilas bien cargadas. Por desgracia, el cuerpo que se sentaba frente al ordenador y comprobaba la agenda seguía siendo el de los lunes. Desastres de la guerra.

(IN / RE) SURRECCIÓN

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Muchas fueron las consecuencias que para la población tuvo el decreto de estado de alarma, pero pocas tan incisivas y revolucionarias como el abandono total de la inconsciencia con la que se había vivido hasta entonces.

Por culpa de aquel gobierno, nos alarmamos tan radicalmente, que nadie, salvo los hipócritas de siempre, se sorprendió cuando se alcanzó el siguiente paso: la lógica insurrección. Ésta tomó primero la forma de altercados callejeros (la habitual quema de contenedores que habían dejado de contener y permitían que bolsas de basura gigantescas colonizaran las calles; lanzamiento de cócteles Molotov contra las fuerzas del desorden…) hasta desembocar en manifestaciones ilícitas de cientos de miles de ciudadanos indignados, pero pacíficos. Se aplicaron con contundencia las fuerzas del desorden y nuevas medidas cautelares que, si bien no apagaron la insurrección por completo, sí doblegaron la pandemia que tan radicalmente nos había desalojado de la comodidad de nuestros sillones. Continuar leyendo «(IN / RE) SURRECCIÓN»

CUANDO SEA MAYOR

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CUANDO SEA MAYOR

 

Cuando sea mayor, pensó el hombre, quiero ser como el señor que tengo enfrente: leeré ebooks de letras muy grandes; vestiré su misma cazadora deportiva sin mangas; tendré idéntico reposo en la mirada; calzaré botas de caminar como las que lleva ahora, como las que lleva siempre. Me doy cuenta de que aún guardan el polvo de la última ruta. Botas de caminar que han andado mucho. De verdad.

 

PRIVILEGIO

 

La mujer se detiene para observar el fenómeno: la luz del sol y la sombra algo achaparrada de una palmera se unen, se separan, se ceden el turno, compiten por la conquista del lienzo entero que les tiende una enorme fachada. Imagina, quiere pensar la mujer, que sólo ella lo percibe. Privilegio de clase, bendición de la entidad bancaria, magia reservada a los que se han ganado el cielo económico en estos tiempos de precariedad y fake news.

CRÓNICAS DE LA MUJER VOLADORA. 2

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DEPREDADORES

 

“¿DE QUÉ ME HA SERVIDO PODER VOLAR? DE MUY POCO.” La artista nos recibe en su impresionante chalé de Las Rozas para concedernos su entrevista más personal.

 

María Iturbe: “No entiendo a qué viene tanto revuelo. Siempre ha habido acoso. Lo sufrí al comienzo de mi carrera, como otras compañeras de profesión. Si querías tener éxito, debías pasar antes por la cama.” La artista se sincera en su entrevista más personal.

 

 ESTREMECEDORAS DECLARACIONES DE MARÍA ITURBE: “Fui violada a los quince años por un productor musical cuyo nombre jamás revelaré.”

La artista, aquejada últimamente de problemas de salud, nos recibe en su acogedor piso de Majadahonda y nos ofrece su lado más personal.

 

“Ya no me río cada vez que me preguntan que por qué no escapaba volando. No tengo tiempo ni paciencia para los tontos,” declara con su habitual sorna la artista sevillana, que se recupera de una delicada operación de garganta a la que fue sometida el pasado 12 de julio tras ingresar de urgencia en La Clínica Monte Fonte de la capital.

 

María Iturbe: “Lo más asqueroso que me ha pasado fue cuando me pidieron que echara a volar y les cagara y meara encima. Me llegaron a ofrecer una fortuna. Gente muy, muy importante. Me negué, por supuesto.” La artista sevillana nos recibe en su piso de Barcelona donde nos asombra con su lado más desconocido. “Les dije que si querían mierda de pájaro, que se fueran al Retiro,” nos cuenta con su habitual desparpajo.

 

María Iturbe en EXCLUSIVA para ¡MOLA!: “Llegué a temer por mi vida.”

La artista “se abre en canal” en su entrevista más esperada.

“Recibía llamadas telefónicas de madrugada. Al contestar, colgaban. Así durante meses. Tuve que cambiar de número. También me mandaban ramos de rosas. Sin tarjeta. Salvo una vez. Habían recortado letras y palabras de revistas, como hacen en las películas. “Vuela para mí,” decía. Agobiante. Tremendo. Llegó un momento en que temí por mi vida. Por suerte, poco después de la denuncia, se acabó todo. Nunca supe quién o quiénes estaban detrás.” La artista nos abre las puertas de su lujosa residencia en Palma. Presenta un aspecto inmejorable tras ser sometida, meses atrás, a una delicada operación de estómago. Madre de dos hijas, disfruta de una vida tranquila en compañía de su familia y, sobre todo, de Diego, su primer nieto, del que afirma que es “mi ojito derecho.”

“Haber nacido con este don ha sido mi condena. He tenido que pagar un precio muy alto,” declara. “Lloraba cada noche y le pedía a Dios que me lo quitara, que me dejara ser una mujer normal, pero no me hizo mucho caso. Ni entonces ni ahora. Debe estar muy ocupado allá arriba,” sentencia.

SPASIVA

 

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Has envejecido pronto, piensa él. Yo me conservo mejor, dentro de lo que cabe. Ella lo aguanta porque, ¿qué es el amor a partir de los cincuenta sino sentirse a gusto con la presencia del otro y echarlo de menos cuando no está? ¡Qué gran definición! ¿Cómo no se le había ocurrido? Tuvo que tragarse aquella previsible y monótona conversación telefónica de sábado con la vidente, doy fechas exactas, sin preguntas, sin sonsacar, joven y atractiva en la foto, septuagenaria en la voz, la vidente de los famosos de Puerto Banús, hasta que le oyó a la voz cascada pronunciar la gran definición definitiva, y entonces valió la pena, y el dinero, y el ridículo. El amor a partir de los cincuenta es… La frase la acompaña desde entonces, pero no la suelta a la menor ocasión, sino cuando la ocasión lo merece.

Él está de suerte: tocando la trompeta, se acerca un excluido por el sistema disfrazado de Papa Noel. Grotesco y patético, de acuerdo, pero distinto: sabe tocar un instrumento y no uno cualquiera, no la guitarra de siempre. Y no la toca mal. Este hecho le hace ganar puntos. Le granjea cierta simpatía. Ya tiene con qué distraerse hasta que ella termine su plato, todos los platos, deja de comer o a ver si revientas. Ella no deja de comer. No sé qué tiene de particular. Otro mendigo más. Lo miras para hacerte el interesante. Soy burgués, pero aún me queda algo de sensibilidad. Todavía te haces el interesante conmigo. ¡Después de tantos años! Colocas ese gesto, te pones esa mirada, esa forma de apoyar la barbilla sobre tus manos cruzadas… ¿Le habría prestado atención si no estuviera con ella? Posiblemente, no. Ella come y lo mira mientras él observa al distinguido mono de feria.

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CRÓNICAS DE LA MUJER VOLADORA. 1.

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POR EL BIEN COMÚN

 

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Informe desclasificado sobre el expediente ZZ78400076XZ-.

A las 4:35 am del día 20 de mayo del 2001 se incoa el dispositivo de captura del sujeto ZZ78400076XZ. El objetivo se alcanza sin incidentes reseñables y es trasladado al departamento de sospechosos. Resultado del interrogatorio: se ordena el traslado del expediente al departamento científico al incurrir el sujeto ZZ78400076XZ en contradicciones y no apreciarse voluntad de cooperación por su parte. Resultados del informe del departamento científico: sangre: positivo; saliva: positivo; humor vítreo: positivo; orina: positivo; flujo vaginal: positivo. Constantes vitales: normales. Se ordena la realización de pruebas con animales de laboratorio. Resultado: virus extremadamente contagioso con posibles efectos mortales. Si bien no constan bajas en ninguna de las especies objeto de la investigación, el comportamiento altamente errático y el frenesí volátil observados aconsejan la inmediata neutralización del virus y de su portadora. Conclusiones: se ordena la neutralización del sujeto ZZ78400076XZ. A las 5:56 am del 22 de julio de 2001 se procede a la ejecución del sujeto mediante inyección letal. Se traslada a los familiares informe detallado sobre el accidente del sujeto y la causa última de su fallecimiento. Se trasladan copias del expediente ZZ78400076XZ con las conclusiones al Ministerio del Interior; al departamento de asuntos clasificados de la OTAN; a los servicios de inteligencia de los países miembros de la UE; al Banco Mundial; a la Organización Mundial del Comercio y al Fondo Monetario Internacional, de manera que las mencionadas organizaciones económico-financieras emitan las cláusulas de confianza a los inversores que permitan la estabilización de los mercados y el restablecimiento de los canales habituales de extracción, distribución y consumo de combustibles fósiles.

EL AMOR, HOY

            Antes de comenzar, quisiera agradecerle, en nombre de El Amor, Hoy S. A., la confianza que ha depositado en nosotros. A continuación, si le parece bien, paso a leer los resultados del informe que nos encargó. Según los datos que obran en nuestro poder, ha quedado probado que F. H. G. es, en efecto, F. H. G., varón de 40 años residente en la localidad alicantina de Elche. Ha quedado probado que el susodicho trabaja en el departamento de RR.HH. de la empresa Eccotex S. L. Las fotografías que el susodicho colocó en nuestra plataforma digital han sido verificadas. Ha quedado probado que sobre el susodicho no pesan cargas familiares ni deudas más allá de las hipotecarias, ni su nombre figura en la última lista de morosos facilitada por El Ministerio de Hacienda. Ha quedado probado que F. H. G. no cuenta con antecedentes penales. Ha quedado probado que no pesan sobre el historial clínico del susodicho enfermedades o taras de consideración, calificándose su coeficiente intelectual como “normal.” Ha quedado probado que F. H. G. no se encuentra bajo tratamiento psicofarmacológico ni psicoterapéutico alguno en la actualidad. Lo que comunico a Doña B. S. D. siendo las… del día…de… Por los poderes que me han sido otorgados, y en nombre de El Amor, Hoy S. A., por la presente BENDIGO la alianza entre Doña B. S. D. y Don F. H. G. AMÉN.

DE UN TIRÓN

            Los resultados de las pruebas de ADN extraídas a partir de muestras del cadáver de Molly Parker fueron determinantes para la identificación y posterior detención de su asesina, Chloe Malone, prima hermana de la víctima. La cándida, angelical Chloe… ¿Quién lo iba a decir? Satisfecho con el ansiado final, el lector cierra la novela que, tal y como le había augurado el faldón de la contracubierta, “no podrá dejar de leer” hasta la revelación del enigma en la página 538. Muy satisfecho con el final, el lector devuelve su ejemplar de La verdad verdadera sobre el caso Molly Parker a las estanterías del salón, regresa al dormitorio, se acuesta, olvida. Duerme de un tirón. Por la mañana, antes de salir al trabajo, recuerda hojear las novedades de Casa del Libro, a la que está suscrito. Toda la verdad sobre el caso Molly Malone “atrapará al lector desde la primera página.” Interesante. Anota la referencia en la libreta del móvil, no vaya a dejar de dormir de un tirón por no tener una buena novela de suspense que llevarse a la cama y devorar de un tirón y comprarse luego otra que le permita olvidar y dormir de un tirón y devorar de un tirón y…

ELLOS LES SIGUEN EXPLICANDO COSAS

             Cena romántica para dos, de ésas de los comienzos, en tasca con encanto o restaurante de comida muy exótica de un país que te conquistará si te atreves a visitarlo. Él, en torno a los cuarenta, le explica cosas a ella, algo más joven. Le explica lo que es la testosterona. También le explica que, dependiendo de su cantidad en la sangre, pues te pones así (hace gesto de chimpancé, o de gorila, o de ese mono general que nadie ha visto pero que hemos grabado en nuestro imaginario, un simio que anda a saltos sobre sus patas traseras e hincha los mofletes hasta reventar de pura testosterona, y la verdad es que se acercó bastante a sus primos no tan lejanos). Le explica que la bechamel lleva leche. Le explica que el Presas Ocampo es un vino de la comarca de Tacoronte-Acentejo. Le explica que mucho presumir en público de tolerantes, pero que si tu hijo va y te dice que es gay o tu hija que está saliendo con un negro, pues que no es fácil. Y, ¡ojo!, que él sería el hipotético mejor parado porque soy hombre, blanco y heterosexual. Él le explica todas estas cosas de maravilla y ella ¿lo escucha? átona, desde algún desierto o glaciar, no, mejor desde la oscuridad bárbara de una cueva de la que, gracias a sus explicaciones, gracias a las explicaciones maravillosas que hombres modernos como él no se cansan de repartir, va saliendo, la pobrecita.

BUENA SUERTE

 

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Las malas lenguas, por malas, por viperinas, se equivocaban. No era cierto eso de que el hombre había tenido tanta buena suerte. En cuarenta años de desgaste en loterías, tragaperras y promociones, sólo le había tocado una vez El Gordo (y hacía ya más de veinte años), y el sorteo de los dos mil euros mensuales para toda la vida de Nescafé.

Trago largo al Jack Daniels. Por fin le hablaba al famoso yanqui de la botella de tú a tú. Si se hubiera decidido a aprender el maldito inglés, en vez de levantar altares al whisky, ahora se estaría codeando con el tejano de dos metros que se arruinaba a su derecha.

Mirada larga al reloj. Faltaba muy poco para que se abrieran las puertas del bufé llamando a la cena. Aún quedaba tiempo para la última partida de la tarde. Después de cenar, se dejará ver por las tragaperras por una horita más o así. Instalado en la barra del cóctel bar, se hará servir otro Jack Daniels. Animado (embriagado, en realidad, qué palabra, em-bria-ga-do, qué nivel), concluirá la velada ante un tercer o cuarto Jack, que había perdido la cuenta, cerca, muy cerca, la olía, de la tinta de los billetes de cien dólares que cincuentones de mostachos blancos, mejillas coloradas y gorros vaqueros exhibían un minuto antes de introducirlos en las ligas de aquellas muchachas tan simpáticas, las olía, que nunca pasaban frío por poca ropa que llevasen. Satisfecho, acabará por encontrar, él solito, la ruta que lo devolverá a su habitación. Cabezada de siete horas y como un clavo en el bufé para el desayuno del día siguiente.

Trago largo al Jack. ¡Quién se lo iba a decir! Codeándose con auténticos y rudos vaqueros del Oeste. Escasos centímetros de barra lo separaban de yanquis almidonados de trajes a rayas, hechos a medida, que no temían desplumarse (sí, ésa era la palabra siempre en boca del gran Wayne, desplumarse, qué nivel) en los casinos. El sueño de toda una vida de Nescafé hecho realidad. Hecho carne. (Hecho pedazos).

No estaban saliendo nada mal aquellas vacaciones en Las Vegas. Nada mal.