EL AMOR, HOY

            Antes de comenzar, quisiera agradecerle, en nombre de El Amor, Hoy S. A., la confianza que ha depositado en nosotros. A continuación, si le parece bien, paso a leer los resultados del informe que nos encargó. Según los datos que obran en nuestro poder, ha quedado probado que F. H. G. es, en efecto, F. H. G., varón de 40 años residente en la localidad alicantina de Elche. Ha quedado probado que el susodicho trabaja en el departamento de RR.HH. de la empresa Eccotex S. L. Las fotografías que el susodicho colocó en nuestra plataforma digital han sido verificadas. Ha quedado probado que sobre el susodicho no pesan cargas familiares ni deudas más allá de las hipotecarias, ni su nombre figura en la última lista de morosos facilitada por El Ministerio de Hacienda. Ha quedado probado que F. H. G. no cuenta con antecedentes penales. Ha quedado probado que no pesan sobre el historial clínico del susodicho enfermedades o taras de consideración, calificándose su coeficiente intelectual como “normal.” Ha quedado probado que F. H. G. no se encuentra bajo tratamiento psicofarmacológico ni psicoterapéutico alguno en la actualidad. Lo que comunico a Doña B. S. D. siendo las… del día…de… Por los poderes que me han sido otorgados, y en nombre de El Amor, Hoy S. A., por la presente BENDIGO la alianza entre Doña B. S. D. y Don F. H. G. AMÉN.

DE UN TIRÓN

            Los resultados de las pruebas de ADN extraídas a partir de muestras del cadáver de Molly Parker fueron determinantes para la identificación y posterior detención de su asesina, Chloe Malone, prima hermana de la víctima. La cándida, angelical Chloe… ¿Quién lo iba a decir? Satisfecho con el ansiado final, el lector cierra la novela que, tal y como le había augurado el faldón de la contracubierta, “no podrá dejar de leer” hasta la revelación del enigma en la página 538. Muy satisfecho con el final, el lector devuelve su ejemplar de La verdad verdadera sobre el caso Molly Parker a las estanterías del salón, regresa al dormitorio, se acuesta, olvida. Duerme de un tirón. Por la mañana, antes de salir al trabajo, recuerda hojear las novedades de Casa del Libro, a la que está suscrito. Toda la verdad sobre el caso Molly Malone “atrapará al lector desde la primera página.” Interesante. Anota la referencia en la libreta del móvil, no vaya a dejar de dormir de un tirón por no tener una buena novela de suspense que llevarse a la cama y devorar de un tirón y comprarse luego otra que le permita olvidar y dormir de un tirón y devorar de un tirón y…

ELLOS LES SIGUEN EXPLICANDO COSAS

             Cena romántica para dos, de ésas de los comienzos, en tasca con encanto o restaurante de comida muy exótica de un país que te conquistará si te atreves a visitarlo. Él, en torno a los cuarenta, le explica cosas a ella, algo más joven. Le explica lo que es la testosterona. También le explica que, dependiendo de su cantidad en la sangre, pues te pones así (hace gesto de chimpancé, o de gorila, o de ese mono general que nadie ha visto pero que hemos grabado en nuestro imaginario, un simio que anda a saltos sobre sus patas traseras e hincha los mofletes hasta reventar de pura testosterona, y la verdad es que se acercó bastante a sus primos no tan lejanos). Le explica que la bechamel lleva leche. Le explica que el Presas Ocampo es un vino de la comarca de Tacoronte-Acentejo. Le explica que mucho presumir en público de tolerantes, pero que si tu hijo va y te dice que es gay o tu hija que está saliendo con un negro, pues que no es fácil. Y, ¡ojo!, que él sería el hipotético mejor parado porque soy hombre, blanco y heterosexual. Él le explica todas estas cosas de maravilla y ella ¿lo escucha? átona, desde algún desierto o glaciar, no, mejor desde la oscuridad bárbara de una cueva de la que, gracias a sus explicaciones, gracias a las explicaciones maravillosas que hombres modernos como él no se cansan de repartir, va saliendo, la pobrecita.