TODO INCLUIDO

Díganos: pudo haberlo evitado y, sin embargo, coadyuvó en el accidente.

la maldad, esa categoría moral, a Rufino Rodríguez siempre le pareció una de dos: o cosa infantil, de películas de Hollywood donde los malos son malos porque sí, porque tiene que haber granos que perturben la serenidad del universo, porque quieren controlar el planeta

díganme, ¿no lo controlan ya?, ¿entonces?

porque fuman puros mientras hablan de espaldas para que no les veamos sus sucias caras de malos, ¿no?, no, sucias no, los malos malos las llevan siempre bien lavadas y afeitadas, tipos atractivos, mujeres atractivas de melenas largas

porque son dueños de voces aterciopeladas, insidiosas

para que luego digan que siempre es mejor la peli original con subtítulos, claro, y así perdernos esas tremendas voces de nuestros actores de doblaje, actorazos tenemos, oiga, ¿y qué sería de toda esa gente si se hundiera la industria del doblaje? yo se lo diré: al paro, toda esa gente de cincuenta y tantos para arriba se iría al puñetero paro, vergüenza de país, que ésas son sus edades, año arriba, año abajo, VER-GÜEN-ZA

Conteste a lo que se le pregunta, por favor.

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